¿Qué es la procrastinación y cómo eliminar este hábito?

La procrastinación es una defensa negativa de la mente ante situaciones que nos producen estrés. Hace parte de ese vasto universo de emociones, pero que, al no gestionarlo de manera correcta, se convertirá en un monstruo que se apropió de nuestra mente y cuerpo.

La mala noticia es que la procrastinación no se elimina, se controla, o por lo menos hay técnicas que nos permitirán entrenar la mente y gestionar las emociones para hacerle frente.

Procrastinar no es más que otros de los males consecuentes del estrés. A continuación, te diremos todo cuanto sepamos de la procrastinación y prácticas positivas para enfrentarla.

Establecer horarios

Procrastinación 

La procrastinación es ese mal hábito que se asoma cuando hay tareas de peso que hay que atender, y peor aún, cuando las mismas tienen un lapso de entrega. No tienen nada que ver con la capacidad intelectual. La procrastinación es un mal hábito que hay que hacerle frente desde la inteligencia emocional

A medida que avanza la ansiedad, angustia, falta de concentración o los temidos bloqueos mentales, la procrastinación aparecerá sin avisar y si nos damos cuenta estamos postergando esa tarea principal por situaciones que aun cuando pueden ser importantes no ameritan de nuestra atención inmediata. 

Por tal motivo, la inteligencia emocional es un tema que cada vez gana más peso en todas las áreas del conocimiento, pero fue tan solo a mediados del siglo XX cuando empezó a dársele su justo puesto. Antes se pensaba que las emociones y el cerebro tenían caminos distintos, o, mejor dicho, así se entendía que para tomar las mejores decisiones que se consideraban debían de ser totalmente racionales.

Procrastinación

Por tal motivo, no se debe pensar que la procrastinación es falta de capacidad intelectual para resolver una tarea, a menos que no fuese la persona idónea para resolverla. En ese caso estaríamos hablando de otro tema totalmente distinto.

Pero como el tema que nos ocupa es la procrastinación, se supone que es la persona idónea la cual está sufriendo un bloqueo momentáneo ante la saturación emocional que le produce esa tarea. A continuación, deslindamos cada una de las causas que genera que el cerebro procrastine

Bloqueo mental vs red neuronal por defecto

El bloqueo o estancamiento mental se produce cuando ocupamos una gran parte de nuestro tiempo en resolver un asunto determinado y no encontramos las respuestas. Muy usual en fórmulas matemáticas que no logramos resolver, en asuntos legales cuando no se encuentran las respuestas, o en otras áreas del conocimiento o disciplinas.

Bien, cuando esto pasa, nuestro cerebro se concentra tanto en el foco de atención que si no conseguimos la respuesta caemos en una profunda ansiedad. Y a la vez, es esa misma ansiedad la que no nos permitirá encontrar las respuestas. 

Si lo notamos, en esos días nos encontraremos más cansados y fatigados que de costumbre, dado que los episodios de ansiedad generan un cuadro de estrés, y a su vez, el estrés sobrecarga al organismo generando un profundo agotamiento.

El agotamiento no es otra cosa, que una respuesta del organismo que pide a gritos un descanso para reponerse de nuevo. Pero, irónicamente es lo menos que hacemos, queremos seguir atentos ante esa respuesta que no encontramos y no encontraremos mientras que nuestro cerebro continúe experimentando un bloqueo mental. 

Redes neuronales contra el bloqueo (Red neuronal por defecto)

La red neuronal por defecto fue descubierta por casualidad en el 2001 por un grupo de neurocientíficos, se trata de un conjunto de conexiones subcutáneas en el cerebro. Esta red se activa cuando el cerebro divaga o está tratando de resolver un problema.

Procrastinación

La mente, por lo general, divaga una gran parte del tiempo, y durante todo el día no siempre está concentrada en la actividad que tiene que resolver. Lo que les permite a las redes subcutáneas encontrar las respuestas de manera natural.

La red neuronal encontrará la respuesta tarde que temprano ya que el cerebro ha pasado previamente por el mismo camino recorrido, aunque sea un nuevo conocimiento seguramente las bases están sentadas en el cerebro y este simplemente esta haciendo su recorrido natural para encontrarlo.

Pero, si no le permitimos el camino neuronal natural (red neuronal por defecto), o divagación de la mente, si por el contrario bloqueamos ese camino, habremos caído en un cuello de botella. Y consecuentemente empezaremos a procrastinar para aliviar de manera incorrecta nuestra ansiedad.

En este caso, lo mejor es descansar, permitirle a la mente relajarse o hacer una actividad totalmente distinta a lo que corresponde la tarea en la que nos estamos enfocando. Por increíble que parezca, muchos científicos han encontrado las respuestas a sus investigaciones, cuando se han permitido salir de su foco de atención.   

En cuanto a este punto, los neurocientíficos recomiendan que cuando no hallamos respuestas que debería proporcionarnos el lado izquierdo del cerebro, le permitamos entonces al lado derecho encontrarás las respuestas, que responden al lado divergente del mismo, es decir poner a trabajar el lado creativo del cerebro.

Diferencias entre procrastinar y salirnos del foco de atención 

Es importante saber diferenciar entre procrastinar y salirnos del foco de atención. Cuando procrastinamos, en realidad estamos metidos en el cuadro de ansiedad, por ejemplo, revisar el celular, quedarnos atrapados en las redes, entre otros, pero en realidad estamos evadiendo la tarea principal, es un escape nocivo de la mente para no hacerle frente a la tarea que nos ocupa.

Y cuando venimos a ver, estas actividades nos han llevado gran parte de nuestro tiempo, generándonos más ansiedad y en consecuencia más cansancio, para asumir dicha responsabilidad. Lo que nos provoca al mismo tiempo un gran sentimiento de culpa, molestia y frustración.

Mientras que salirnos del foco de atención, es totalmente distinto, se trata que de manera consciente estoy realizando una actividad grata con el firme propósito de relajar la mente. Se trata de salir conscientemente del cuadro de ansiedad. Es decir, no podrá compararse la tarea de meditar o caminar un rato por el parque, por ejemplo, que quedarnos atrapados en las redes sociales.

Saturación de tareas 

La saturación de tareas es una de las mayores causas que hoy día nos lleva ante episodios de procrastinación. Dado que, al comprometernos en dichas tareas, inmediatamente nuestro cerebro recibe la orden de un compromiso que hay que asumir, lo que nos genera angustia cuando se trata de varios compromisos a la vez. 

Cuando se asumen varios compromisos de orden intelectual, nuestro cerebro se satura y colapsa. Dado que cada uno requiere de un proceso cognitivo distinto para resolverlo. Y si el tiempo del cual gozamos no es suficiente para asumir cada uno de estos, nuestro cerebro empezará a procrastinar inmediatamente y a no realizar ninguna de las tareas en la cual nos hemos comprometido.

Establecer horarios

Lo que traerá como consecuencia, empezarnos a ocupar en tareas innecesarias, o que simplemente no son urgentes, pero en realidad el cerebro usa este mecanismo negativo para desviar la atención de lo que realmente le preocupa. Es decir, está experimentando un cuadro de ansiedad.

Entonces, en este sentido, que hacer para evitar un cuadro de ansiedad ante la saturación de tareas:

  1. Ser sinceros con nosotros mismos, es decir, tener claro que tareas podemos asumir y cuales no. Cuando hablamos de tareas no solo nos referimos a aquellos compromisos de orden intelectual, sino a todas aquellas tareas que ameritan nuestro tiempo, es decir, también a tareas de orden personal.

Aprender a decir NO

Esto no nos hará ni buenos ni malos, simplemente sensatos y responsables con nuestro tiempo.

  1. Saber gestionar nuestro tiempo, ante los requerimientos de la rutina diaria. Una vez, que tengamos claro los compromisos que responsablemente hemos asumido, nos queda hacer una organización de este tiempo. 

Es decir, determinar cuánto tiempo nos lleva cada actividad nos permitirá tener un registro de cada cosa. Lo que nos llevará a identificar nuestros límites (agotamiento, tiempo de concentración…) y, al mismo tiempo nos facilitará la tarea de gestionar nuestro tiempo de manera inteligente.

Procrastinación

  1. Aprender a gestionar nuestras emociones

    Para detectar cuando estamos cayendo en un cuadro de ansiedad y atacarlo rápidamente, es mejor irse a descansar 15 minutos que ver el celular.

Es decir, la primera actividad relajará nuestra mente y hará que el organismo se reponga, mientras que la segunda actividad terminará por llevarse nuestro tiempo, energía, y en consecuencia nos generará más ansiedad.

Falta de concentración

La falta de concentración es otra de las causas que generan ansiedad. Y en consecuencia la procrastinación vendrá de nuevo al acecho. Esta se debe a factores externos e internos, lo importante es saber determinar cuáles son los factores que no me están permitiendo concentrarme para tomar las medidas adecuadas al respecto.

Factores externos

Existe una multiplicidad de factores externos que no nos permitirá concentrarnos o hacer que esta tarea sea mucho más difícil, lo importante es identificar cuáles son para encontrarle la solución adecuada, entre los más comunes se encuentran:

  • Ambiente inapropiado para el estudio
  • Poca luz
  • Mucho ruido externo
  • Elementos de distracción, tales como el televisor, el celular, o demasiada gente alrededor, entre otros elementos.
  • Mucho calor o mucho frío. 
  • La silla inapropiada 

Lo importante es identificar qué factores externos están generando nuestra distracción para saber qué hacer al respecto. Es oportuno hacer referencia a la importancia que tiene un ambiente de estudio apropiado.  Dado que los factores externos, generan estímulos sensoriales que percibimos de manera interna. 

Factores internos

Tenemos mil razones de orden interno, pero por lo regular se deben al: 

  • Cansancio: La extenuación de nuestro cerebro no nos permitirá concentrarnos, es imposible. Un cerebro fatigado difícilmente podrá producir de la misma manera que cuando el cerebro se encuentra vital o energético. 

Esto se debe a falta de sueño, nutrientes, entre otros. 

  • El Miedo: Por extraño que parezca, el miedo es otra de las causas internas que paralizan la mente y no le permiten concentrarse. El temer hacerlo mal

Por lo que ganar confianza en sí mismo, es fundamental al momento de concentrarnos. 

  • Falta de disciplina: Sí, el cerebro necesita disciplinarse, domarlo si es preciso. Pero para esto es necesario fijar horarios y técnicas que nos serán de gran ayuda. 

Técnicas recomendadas

A continuación, hablaremos de las técnicas para enfrentar todos estos factores, que a la vez nos serán útiles en cualquier campo de nuestras vidas.

Meditación para bloqueos mentales 

La meditación es una práctica que está al alcance de nuestra mano, mucho más sencilla de lo que parece, el propio Dalai Lama, decía que es sentarse y cerrar los ojos. Es la práctica de silenciar la mente de modo consciente por un instante.

No tienes que ser parte de ningún grupo de yoga, ni inscribirte en ninguna academia, ni de volverte seguidor de ningún gurú. Es simplemente el acto de sentarse unos minutos y reposar la mente de modo consciente.

Procrastinación

Pueden ser 5 minutos al día, y si es en una hora determinada mucho mejor. Tal vez, te va a costar al principio, pero poco apoco lo irás logrando y cuando menos pienses tu mente podrá lograr el reposo durante estos 5 minutos.

Sus beneficios, inmensos, porque se activarán ondas cerebrales de tu cerebro vitales para la relajación, necesarias a la hora de resolver un problema.

Matriz de Eisenhower para la saturación de tareas

Por medio de esta matriz podrás aprender a gestionar tu tiempo de mejor manera, priorizando las tareas importantes y urgentes de las que no lo son.

La técnica Pomodoro para la falta de concentración 

Es una de las técnicas por excelencia para el entrenamiento de la mente cuando nos cuesta concentrarnos, a través de esta técnica podremos empezar a disciplinar la mente

Conclusión 

La inteligencia emocional, no es más que tarea de elegir las decisiones inteligentes para nuestras emociones, pero de una manera consciente y respetuosa, no ignorándome ni evadiéndome. Por el contrario, reconociéndose, adaptándolas y abordándolas, y de esta manera podremos elegir las mejores decisiones para nuestras emociones y así, lograr los cambios correctos, como es el caso de la procrastinación.

Procrastinación

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